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lunes, 24 de diciembre de 2012

ANGELES BLANCOS O NEGROS


       En esta época del año, la mayoría de las casas se decoran con motivos navideños. Los árboles, las guirnaldas, los belenes con sus pastores, su pesebre y los tres reyes magos montados en sus camellos, que a los más pequeños les encanta ir acercando cada día un poco más hacia el portal. En un cielo pintado se coloca la gran estrella y otra figura que no suele faltar es la del angelito de navidad.
        De los ángeles, de estos seres alados de los que tanto se ha hablado, se dice que son mensajeros del Cielo,  sus enviados. 

          Estos hermosos seres de luz son pura energía, sin sexo determinado. Ni femenino ni masculino, se desconoce como es la relación que hay entre ellos, pero de algo sí que se han librado, de la violencia de género que tanto se da entre los humanos.
           No está tan claro, sin embargo, el color de su imaginaria piel. Se les ha representado de mil y una formas, casi siempre con alas y bajo una apariencia muy semejante a la humana. Con cabellos rizados o con pelo largo y liso. Se les viste con largas túnicas preferentemente blancas e impolutas al igual que su suave tez.
           Dicen que cada persona tiene a su ángel al lado, el ángel de la guarda o ángel custodio. Me pregunto si su aspecto cambiará dependiendo del de aquel al que se le haya asignado. Yo nunca he visto a mi ángel, aunque sí lo he imaginado. Cuando era una niña solía rezarle aquella poética oración que en el colegio nos habían enseñado:
           "Ángel de la guarda, dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día".
           Desafortunadamente la vida no es de ese color blanco o rosado con el que tantas veces se la queremos pintar a nuestros hijos. Cientos de colores, multitud de tonalidades componen este valle de sonrisas y lágrimas en el que vivimos. Reconozco que no deja de ser muy hermoso y tranquilizador sentirse protegidos en todo momento por esos fieles y tiernos angelitos.

        Tarde o temprano, todo el mundo nos encontramos con ese duro y alto muro de las lamentaciones  y experimentamos la angustia existencial que, al igual que nuestro supuesto ángel, siempre nos  va acompañar. 
        Son momentos de tremenda soledad, en los que nos sentimos indefensos e invadidos por el miedo. Por mucho que lo queramos negar, interiormente anhelamos la presencia de ese algo o alguien que nos ayude y reconforte, ya sea material o etéreo, ya sea blanco o negro. 
         Es precisamente, entonces cuando sale a la luz el verdadero ángel que llevamos dentro. Aunque sea sin darnos cuenta, de un modo inconsciente, una  parte de nosotros, tantas veces ignorada, se hace presente y nos da fuerzas. En nuestro interior hay todo un mundo por descubrir...               

          A veces pienso que cuantos más años cumplimos más nos alejamos de nosotros mismos. Es obvio que de niños desconocíamos más cosas, no obstante, estábamos más cerca de nuestra alma o como queramos llamarla, en definitiva de nuestra verdadera esencia. El alma, cómo los ángeles, no tiene color, ni forma, ni sexo, ni consistencia. Quizás tampoco tenga alas físicas, pero sí que puede volar muy lejos.

            Me estaba acordando ahora  de un fragmento de  un cuento que no hace mucho leí en la red.
           * "En un país lejano, probablemente de África, unos misioneros católicos llegaron a un orfanato y comenzaron a hablar sobre la navidad a unos niños y niñas que jamás habían oído hablar sobre ella. Tras el correspondiente sermón, los misioneros pidieron a los pequeños que dibujasen en sus cuadernos algo referente a la historia que les acababan de contar. Cuando fueron a mirar los dibujos,uno de ellos les sorprendió bastante. En el típico portal de Belén, no había ningún ángel, sin embargo, en el pesebre había dos niños, uno blanco y otro negro.

            Los misioneros asombrados, preguntaron quien había hecho aquel dibujo. Un niñito de color, se levantó de su asiento y se acercó. 


             - He sido yo. -Dijo tímidamente.
            - ¿Por qué dibujaste a dos niños en el pesebre? ¿No has escuchado bien nuestro relato?
             - Uno de ellos soy yo. Como no tengo familia, pensé que al niño Dios, a lo mejor tampoco le gusta estar solo y se sentiría mejor teniendo al lado a un hermanito como yo. Así no pasaría frío, yo le daría mi calor.

               Los misioneros se equivocaron cuando dijeron que no había ningún ángel pintado en el cuaderno de aquel niño. No había un ángel, había dos, uno de cada color.

           Sé que con la historia que he contado, tanto tu como yo, hemos volado hasta aquel país africano y hemos podido ver a los dos niños acurrucados en el pesebre de paja. Por eso antes dije que el alma, como la imaginación, aunque carezca de alas puede volar muy lejos...  

          ¿Será que en el fondo todos somos ángeles? 
          ¿Será por eso que tanto nos necesitamos? 

           Ángeles negros o blancos sean del color que sea, cuando estamos desolados, ya sea de noche o de día, en carnaval o en navidad, que más da, siempre es de agradecer una dulce compañía.


               Autora: Carmen Marín
            
        ("")Fragmento extraído y modificado del cuento encontrado en la red : "Dos niños en el pesebre". Desconozco su autor.

2 comentarios:

  1. Los angeles blancos o negros no significan que sean tiernos o no, muy buena la aclaración

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  2. Hola por favor pido de corazon Quien me puede decir como puedo encontrar al el hermoso niño de la foto quiero adoptarlo mi email Es joseluisprados@hotmail.com muchas por favor que alguien me Ayude

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